17 ago 2008

¿Dónde están los editores salvadoreños? por Jacinta Escudos

Tal y como Jacinta promete en la entrevista que yo le hiciera para Centroamérica 21, su columna en la Prensa Gráfica de este día (17 de agosto del 2008) habla acerca del adormecimiento de los editores en El Salvador.
La columna es muy buena, muy atinada y señala puntos vistos por la misma autora en diversos eventos literarios.
Transcribo aquí sólo la primera parte de dicho artículo, que se puede leer completo en este link:
¿Dónde están los editores salvadoreños?
Desde hace demasiados años el sector editorial salvadoreño está tan deprimido que muchos de los escritores nacionales han optado por la autopublicación como único recurso para dar a conocer su trabajo.
Jacinta Escudos
En los últimos días de julio, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guatemala (FILGUA), cuatro escritores salvadoreños presentaron tres novelas y un libro de cuentos.

Rafael Menjívar Ochoa presentó “Trece”; Vanessa Núñez Hándal, “Los locos mueren de viejos”; y Jorge Galán, “El sueño de Mariana” (de la cual esta misma revista presentó un generoso avance hace un par de semanas). Todas fueron publicadas en la guatemalteca F&G editores, uno de los sellos más consolidados de la región y que comienza a proyectarse internacionalmente.

Yo presenté mi libro de cuentos “El Diablo sabe mi nombre”, publicado en Costa Rica por Uruk Editores, un pequeño sello independiente que ha firmado un visionario acuerdo con el Fondo de Cultura Económica para utilizar su estructura y poder distribuir sus ediciones en toda la región.

A esta lista de salvadoreños publicando fuera del país podemos agregar a Horacio Castellanos Moya, Claudia Hernández (quien ha publicado en Guatemala también) y Róger Lindo, quien publicó su excelente primera novela “El perro en la niebla” en una editorial de España.

Esta lista creciente de salvadoreños que publicamos en el exterior, si bien es motivo de celebración, debe servir también como un espacio de reflexión. Porque lo cierto es que detrás de esto hay una verdad contundente: si no publicáramos nuestros libros fuera del país, ya no publicaríamos nada. ¿Por qué? Pues porque en El Salvador, simple y sencillamente, no hay espacios de publicación.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buen artìculo. En El Salvador las cosas no progresan porque a la gente le da igual el arte. Peor la literatura, que requiere màs esfuerzo que irse a meter al cine y ver una pelìcula. Ojalà en nuestro paìs nos demos cuenta de lo importante que es la buena literatura.