15 sept 2006

De madres asesinas y escritores suicidas

Posted by Picasa Y bueno, películas de suspenso. La de todos los tiempos: Psicosis (1960). Mal traducido el nombre, por cierto. Porque el título en inglés es Psycho (dense una vuelta por aquel vetusto y amarillento diccionario de inglés básico). ¿La película?, pues no sé aún. Se las debo. Pero la Denise me la anda consiguiendo, como todo. Ella sabe dónde, cuándo y cuánto. Así que se imaginarán que ella en sí misma, es un gran recurso. Pero el libro, de Robert Bloch, es bien… bastante… malito. Pero igual, léanselo, porque tiene sus partecillas buenas. Lo pueden bajar de Libros Tauro. El caso es que como es sabido, Bloch fue un fiel seguidor de Lovecraft. Conocía mucho de psicología y psiquiatría. Había investigado unos cuantos casos medio macabros, que por aquel tiempo (en que no pasaba nada) habrán sonado a gloria y entretención (luego inventaron los programas de chismes, que habrán sido en aquel tiempo el equivalente de Ventaneando, El Gordo y la Flaca, la Oreja, etc., y el buen entretenimiento se acabó). (Eso sí, no negaré que si a uno le duele la cabeza, una hora de estos sanos, inocentes y nonsense programas le devuelven a uno la salud perdida… sobre todo "ese", donde no se entiende lo que hablan porque todos opinan a la vez (estoy segura que saben cuál es)). Pues bien, diré que si Bloch se hubiera esforzado un poco más, hubiera pulido sus textos, los hubiera desarmado y rearmado de vez en cuando, hubiera sido tomado más en serio de lo que fue. Aunque escribió varios guiones y otras tantas pseudonovelas, no alcanzó jamás el reconocimiento de escritor de talla. Y luego, como era previsible, fue dejando de tener trabajo, hasta acabar en el mismo lugar donde comenzó. Pero, Hitchcock sí supo aprovechar todo aquello que Bloch no pudo ver. Como buen artista, se comió la idea de Bloch y luego la vomitó en lo que muchos dicen es una maravilla de película (y por eso la quiero ver, a ver si es cierto). El caso es que el director jamás le dio mérito a Bloch, y pese a haber realizado la película en total concordancia a la novela (hasta el título usó pues), siempre afirmó que de ella había tomado únicamente una "leve idea". Cierto es (no que lo diga yo, sino que lo leí en Internet (mea culpa)) que Hitchcock hizo maravillas con sus recursos, cámaras, iluminación, dirección, actuaciones, y etc.
De la novela, puedo decir que hay, para mi gusto, varios errores. El primero, que no es creíble que la mamá sea el mismo Norman Bates. Y lo peor, que se pudo haber logrado fácilmente. El segundo, que la mamá esté disecada (tiesa) en su habitación (tomando en cuenta que la acuesta, la sienta, la para, etc.). Tercero, que Mary (sí, la que grita en la ducha cuando aquel afilado cuchillo "es blandido" frente a su cara) no parece víctima, sino una corriente ladrona que abusa de la confianza de su jefe, al cual uno debe odiar porque es ¿un usurero? Y bueno, el más grave de todos, que el mismo Bloch no se creyó la historia, y eso se nota a lo largo del sin número de explicaciones que da de porqué esto y porqué aquello. Pero bueno. La idea era buena, buenísima, pero no cuajó en el libro.
Hay que decir, sin embargo, que en la novela hay dos o tres escenas que impactan. Buenas. Bien pensadas. No tan bien escritas, pero buenas igual. Y no, definitivamente no es la de la ducha, que yo creo viene muy pronto y sin crear mucho ambiente, ni dejar que uno se encariñe más con Mary. Porque uno debería ser capaz de sentir hasta el dolor de las cortaduras que le provoca la asesina y castrante madre. Y por el contrario, uno piensa: Pues bien merecido se lo tiene, por ladrona y metiche.
Más bien me refiero a la primera escena, con la que inicia el libro, cuando la mamá hace su primera aparición. Casi como un fantasma, llega, sin que sus pasos se escuchen. Y sin embargo Norman sabe que ella está mirándolo. De verdad que se le paran los pelos a uno.
Otra, la mejor quizás, es la última. Se lleva a acabo “en la pequeña y desnuda habitación donde las voces habían murmurado”. Ahí ya sólo quedaba una voz, la de la mamá. Sí, la misma. La disecada. La que veía llegar a las víctimas por la ventana y que luego obligaba a Norman a limpiar la sangre y etc. Esa, que al final, no se atreve a matar una mosca que se posó en su mano, porque pensó que la estaban vigilando. Así probaría la clase de persona que era: una persona incapaz de matar una mosca.
¡Uy! Es que en serio que se le paran a uno los pelos. Pero mejor léansela y ténganle paciencia a Bloch, que entre tanta sábana mal planchada, se encuentran unas sorpresas, que quizás por ser escasas, se disfrutan aún más.

2 comentarios:

Denise Phé-Funchal dijo...

En esas ando mujer, si todo va bien el sàbado tendrè tu lica.

Unknown dijo...

Ok, pero nos vemos antes para ir a la expo de fotos antiguas, verdad???