23 feb 2009

W. y Rice: Una historia por contar

Hace tres semanas fui invitada para conversar sobre mi novela al club de lectura de Artemis Edinter que se reune en la zona 1 y, como a la 1 pm había quedado de almorzar con Hilma en Miraflores, rauda y veloz intenté enrumbar hacia la 6ª Avenida, para descubrir que el Centro es verdaderamente intransitable a esa hora y ese día.
Un tanto frustrada entre tanto bus, carros y peatones, me dispuse a observar las variadas “vitrinas” del lugar. Es asombroso como ahí puede uno encontrar desde posters de mujeres desnudas hasta música cristiana a Q5.
De pronto, en una de las esquinas vi W., la película dirigida por Oliver Stone y protagonizada por Josh Brolin sobre la vida de George W. Bush. Fue cosa de segundos pedir la película y pagarla, antes de que el semáforo cambiara a verde. Y aunque lo hizo tampoco fue que avanzamos gran cosa. Al menos, pensé, luego de la compra del “material fílmico” la paciencia ya había dado sus frutos. Y me relajé.
El caso es que finalmente vi la película. Se trata pues de los años mozos de este hombre al que nosotros, viles mortales al sur del Río Bravo, conocimos ya convertido en un político de primera línea. Pero este hombre, que al parecer llegó a la Casa Blanca presionado por un padre poderoso, millonario, permisivo y ex presidente, tuvo una juventud de rebeldías y excesos. Y, ¿quién no? Bajo semejantes circunstancias, digo.
La película, es evidente, no busca un Oscar, pero como información y apreciación de algunas cosillas que uno desconoce está bien. Tampoco es un documental, menos una biografía. Creo que más bien busca humanizar a un hombre sobre cuyas espaldas cayó un peso más grande que el que podía sobrellevar. Saca a relucir, sobre todo, el poco sentido común y baja inteligencia de este personaje, criado para ser “another Amercian heroe” y que comprendía muy poco de cómo funcionaba el mundo. Y que, por lo mismo, se dejó orientar por sus asesores, muchos de los cuales estaban fanatizados y politizados, y lo llevaron, claro está al desastre de gobierno en que finalmente acabó todo.
Y les soy sincera, luego de ver esta película me queda claro algo: no siempre el tipo que triunfa es el mejor. O lo que se traduce en términos de politología: La democracia no es un sistema perfecto. Tiene sus fallas y grandes.
El caso es que hoy me desayuné con la noticia de que Condoleeza Rice, ex secretaria de estado de la administración anterior, sacará un libro donde contará su historia. Interesante me parece, tomando en cuenta sobre todo que, tal como cuentan en la película, ella era uno de los cerebros (porque es innegable la inteligencia de esta mujer) más leales que rodearon al ex presidente. Y sin embargo, siendo una de las influencias más grandes, siempre tuve la duda de porqué ella no influyó de forma más favorable en la toma de decisiones. Porque estoy segura que ella sí alcanzó a dimensionar el lío en el que se estaban metiendo.
En fin, parece ser que en el 2011 tendremos ya la versión de Rice, que fungió un papel de importancia (2001-2009) en la creación de las política exterior de EEUU y que según sus editores (Random House (editores a su vez del libro de Obama)), ella es la ex funcionaria menos politizada e ideologizada de la anterior administración norteamericana. Esperaremos el libro con ansiedad.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Condoleza Rice hizo lo que Colin Powell se negó a hacer a largo plazo: tratar de ponerle una cara inteligente a la política exterior de Estados Unidos. Yo creo que no lo logró. Fue una de las neo-conservadoras menos extremistas y más profesionales, pero vaya que estuvo muy mal acompañada. No creo que la historia la juzgue con la misma medida que se medirá a Dick Cheney, pero formó parte activa de uno de los gobiernos más aberrantes de la historia de EEUU, aunque sí creo que trató de moderar un poco a las tendencias más dogmáticas de la política exterior del gobierno de Bush.

Yo también quiero leer ese libro cuando salga.

Un cordial saludo.

Unknown dijo...

Hola Carlos. Gracias por tu comentario. Fijate que Colin Powell es otro personaje que sale en la película, y que a mí me parece interesante.
Intentó frenar a Bush, pero obviamente no pudo. Y en cuanto a Condoleeza Rice, dicen que fue muy complaciente y leal con los Bush, cuando obviamente alguien debió de haberle dicho a W. Bush que iba mal. Pero nadie lo hizo, ni ella que seguramente lograba dimensionar las cosas, con los consecuentes resultados. La historia los ha de juzgar, sin duda, y aunque quizás no sea tan dura con Condoleeza Rice, yo creo que alguna responsabilidad se le ha de asignar. Al menos Powell tuvo el coraje de renunciar, pero, según creo, jamás habló abiertamente de sus razones.
Creo que Powell también escribió un libro, o no? Si así fuera también sería interesante de leer.
Ahora Cheney sí ya es otra cosa más fregada, del que aún habrá que analizar mucho.
Carlos Fuentes tiene un libro sobre Bush, donde en el 2004 ya vaticina el desastre en el que habrá de acabar su gobierno, y responsabiliza, claro, a Cheney de muchas de las malas decisiones.
Un abrazo como siempre y gracias por pasar.

Unknown dijo...

Carlos: fijate que estaba revisando una revista de hace 2 años aprox. Y encontré un artículo donde se hablaba justamente que en esa época Condoleeza Rice había recomendado el cierre de Guantánamo porque creía que acarreaba más perjuicio que beneficio a la Administración (tal cual ocurrió). Pero que en cambio, Robert Gates, Srio de Defensa, opinaba que debían mantenerlas abiertas.
Yo te juro que me imagino bien cómo a esa mujer le debió tocar lidiar con cada fulano, lo triste es que no lo haya evidenciado y no haya tomado una postura más firme. Por eso quiero leer su libro, para ver si se justifica o si explica. Saludos.

Anónimo dijo...

En dónde la viste? aquí no ha llegado todavía. YO

Unknown dijo...

Ni llegará según se ve. Acordate que nosotros estamos "dolarizados". Pero yo dicho que pirata sí la deben de andar vendiendo ya.

Anónimo dijo...

Pienso que tanto Condoleeza Rice, como Collin Powell, y qué decir de Cheney, son co-responsables de los delitos de lesa humanidad cometidos por la administración Bush, aunqeu claro, nunca llegue a decirse.