24 nov 2008

1969: Un gran paso para la humanidad. ¿Y las mujeres?

La historia ha presentado a su vez, pequeñas historias que de una forma u otra cambiaron su curso.
Me ha gustado coleccionar revistas antiguas, y tengo una pequeña colección de Time Life, que comencé con unos cuantos ejemplares que mi papá me regaló. Eran su tesoro, y por lo mismo, se convirtieron en el mío.
De cuando en cuando vuelvo a revisarlas y encuentro pequeños artículos sin sentido, y otros aún muy aplicables a la realidad actual, como este aparecido en la revista Life en Español del 10 de febrero de 1969 (tan sólo 9 años después de que fuera creada la píldora anticonceptiva), llamado “¿Damas ´jockeys´? ¿Para qué?”, en el que básicamente se cuestionaba la capacidad de una joven de 25 años, Penny Ann Early –“una esplendorosa rubia, en risueño potro”, según el artículo, “que pude lucir los colores de un establo con más donaire que cualquier varón” - para desempeñarse como jockey. Actividad aún hoy en día es considerada en su mayoría masculina.
El artículo es perturbador, no por la historia en sí misma, que cuenta cómo Early debió soportar amenazas de huelga por parte de sus compañeros y de boicots de las pistas de caballos, sino y sobre todo, porque está cargado de concepciones muy propias de la discriminación hacia la mujer. Y es que tal situación es entendible, sobre todo por la época, pero cabe recordar que el feminismo ya había comenzado a caminar sus primeros pasos.
Los compañeros de profesión de Early manifestaban que las mujeres eran frágiles o tontas, y por lo tanto, una amenaza en la pista. John Choquette, un jinete profesional, manifestó que si se les permitía a las mujeres competir, ello sería el acabose.
Y Bill Hartack, autor del artículo, cuatro veces ganador del Derby de Kentuky y supuesto defensor de Early, manifestó que aunque todos los jockeys se habían propuesto boicotear a Early, él la apoyaba. El, manifestó, desearía que las ´damas´ corrieran, aunque, agregó, dudaba de sus probabilidades. “Creo que se debe dar a las mujeres la oportunidad de correr. Y no lo digo porque haya salido de paseo con Penny Ann hace algunos años. Las mujeres tienen derechos legales, probablemente en demasía, pero los tienen”.
O sea que… ¿qué?
Antes de Early, se le negó a Kathy Kusner el derecho de montar como profesional, por lo cual ésta llevó su caso ante la justicia, quienes declararon que sus derechos civiles habían sido violados y la licencia para montar de forma profesional le fue extendida, con la mala suerte, que al poco tiempo, ésta sufrió un accidente en el cual resultó con una pierna rota y su carrera se vino abajo. Finalmente, según investigué en el internet, Penny Ann Early no llegó a conseguir mayores éxitos como jinete. Pero quedó inscrita como la primera mujer en jugar en una liga de basketball profesional, cuando se le permitió realizar apenas una jugada ridícula, y eso fue todo.
Toda esta historia suena absurda, tonta y hasta desfasada. Pero si tomamos en cuenta que la mitad de las mujeres de mi generación ya habían nacido para 1969, y que yo misma nací tan sólo 4 años después, no cabe cuestionar si fuimos o no criadas bajo estos mismos parámetros discriminatorios y machistas, que sin duda alguna en Latinoamérica debieron ser todavía más fuertes.
Y para el caso, cuarenta años no es nada dentro de la historia del pensamiento social. Así que, estas pequeñas historias nos muestran lo que hoy día se disfraza y que antes se mostraba sin tapujos: la discriminación de la que unas más evidentemente que otras, somos aún objeto.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Te voy a contar un caso real. Un hacendado salvadoreño tuvo dos hijos y dos hijas en los años 30. Cuando murió, a los dos varones les dejó las tierras (unas 30 caballerías). A las mujeres les dejó una casa a cada una. Los dos varones sacaron doctorados universitarios y se hicieron (más)ricos. Las dos mujeres se quedaron a vivir de amas de casa, tuvieron que vender sus pequeñas viviendas y casi se hunden en la probreza. Los dos hijos pudieron quedarse en El Salvador. Las dos hijas tuvieron que emigrar a Estados Unidos. De los 6 hijos de los dos varones, solo uno no realizó estudios universitarios. De los nueve hijos de las dos hembras, solo uno (un varón) llegó a sacar un título universitario. Es decir, la sociedad basada en el poder del hombre en esta familia ha tenido repercusiones profundas que se siguen sintiendo a través de tres generaciones. Los estudios sobre desarrollo internacional arrojan datos que demuestran que los programas de desarrollo más exitosos son los que se enfocan en la educación de la mujer por el efecto multiplicador positivo que logran a través de los hijos y las comunidades. Si ya se tienen estos datos, cómo que ya es el colmo, ¿no?

Unknown dijo...

Hola Carlos, gracias por tu comentario. Es que eso es lo que uno se pregunta: porqué aún seguimos insistiendo en formas desfasadas y probádamente perjudiciales? Y lo único que encuentro como respuesta es que se trata de la inconsciencia. No hay comprensión del tema, la sociedad se hace de oidos sordos, y peor aún, queremos convencernos de que ya no pasa.
El machismo existe, y el daño no es sólo hacia la mujer, todo el que depende de ella (cabe recordar que en L.A la mujer es cabeza de hogar en una gran parte de casos) se ve afectado. Como bien dice Octavio Paz: "somos hijos de la Chingada", pero todos contribuimos a que las chingadas estén cada vez más chingadas, en lugar de ofrecer oportunidades reales y no sólo teóricas. Gracias por tus aportes de siempre. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Puta, qué jodidas estamos todavía!! YO

Unknown dijo...

ahhhhhh eso ni dudarlo. Saludos.